martes, 11 de febrero de 2020

LÍMITES




1. Feliz Año

Feliz Año Nuevo es una frase que expresa un deseo y un acto de fe. El deseo imanta nuestra voluntad con la tensión de las buenas emociones. La fórmula es en parte una fórmula mágicaCon ella compartimos la idea de que hay un año que empieza, aunque el otro famoso año nuevo, famoso y grande porque se celebra en toda China y también en Nueva York, no empiece aún. Los chinos tienen año lunar, que es más corto, por lo que su día de año nuevo tiene fecha variable en el calendario gregoriano. Los musulmanes, aunque siguen el año lunar como los chinos, celebran su comienzo a la vez que conmemoran la fecha en que Mahoma tuvo que huir a La Meca, que es cuando comienza también su particular calendario. Los romanos, antes de ensanchar el suyo y adaptarlo al ciclo solar, seguían el ciclo de la lunatenían solo 10 meses y celebraban el Año Nuevo en Marzo. Los pueblos del norte lo hacían en invierno. El año tiene su base en las observaciones astronómicas pero también tiene una parte cultural arbitraria, que quiere decir que hemos decidido dentro de un grupo cuándo empieza y cuándo termina, aunque creyendo con frecuencia y a pies juntillas que esto es algo objetivo. En la rueda del año el año puede empezar y acabar en cualquier punto, pero si la naturaleza hizo la traslación del planeta, la naturaleza humana tiene afición a ciertos terrenos temporales para situar allí el umbral sobre cambios estacionales y climáticos. La mayoría de los umbrales, sin embargo, son claramente una construcción cultural y señalan sobre todo un orden en la organización de los asuntos humanos. ¿Por qué empieza el año en la medianoche y no al amanecer? Es posible creer en el Año Nuevo como en la existencia de un planeta que se mueve en su órbita ajeno a nosotros, como se cree en los dioses solares que, desde su origen en el Antiguo Egipto, mueren y resucitan devolviendo la luz al mundo. Entre la fe y la ilusión hay un paso muy corto y entre la ilusión y la mentira un parentesco hondo y turbio. En las redes humanas del mundo viejo la mentira se inoculaba de viva voz. Ahora hay redes digitales que multiplican su impacto. La mentira vuela, la gente se aferra a las ilusiones que les sirven de consuelo y a las falsedades que parecen confirmar su punto de vista. Terminamos 2018 con inventarios de noticias falsas, de bulos y de víctimas. El año ha girado y se ha llevado con él sus sacrificios, sus altares, sus representaciones, pero sólo lo ha hecho en la imaginación colectiva. En realidad aquí siguen sus espectros y sus consecuencias, la mayoría de sus habitantes, sus regalos y sus amenazas. A muchas familias los dioses del año muerto les han regalado un deshaucio. Microplásticos ha sido elegida palabra del año, o sea, peligro del año y Curro, el perro que no existe, aún vive en las redes después de haber nacido en ellas, ya adulto, durante este 2018 que acabamos de despedir.

2. Enero

Hay meses que tienen una especial resonancia simbólica, siendo todos ellos espacios simbólicos llenos de resonancias. Me gustan los nombres de los meses, y enero es uno de mis favoritos. Ianuarius (Juanary en inglés, Janvier en francés), el mes de Jano, dios de las puertas, de las lindes y los comienzos, ha empezado con buenos y malos augurios (del latín augurium), lo normal en este mundo en el que cada día trae su afán y su lluvia de acontecimientos, buenos y malos, grandes y pequeños. ¿Quien va ganando esta lucha entre el bien y el mal, la luz y las tinieblas? A mi me parece que estas llevan alguna ventaja, pero es sólo mi opinión, alumbrada dentro de una visión dual, maniquea, que se suele decir, del mundo. Todo esto es más bien literatura, pero en occidente siempre estamos a vueltas con los principios del bien y del mal y su lucha eterna desde que en Persia nacieran el zoroastrismo primero y el maniqueismo después, que tuvieron una gran influencia sobre el cristianismo y cuyos lixiviados dieron origen al cine de buenos y malos que hoy día nos atormenta. Entre los augurios de enero, mes inaugural, podemos considerar los hechos mismos que, solo con llegar a ser, abren un camino y siembran consecuenciasO podemos atender a las predicciones de los augures, entre los cuales los videntes son pocos, los mentirosos, todos. La muerte del general Soleimani, que tuvo lugar el 3 de enero, no presagiaba nada bueno, y su primera consecuencia lamentable ha sido el derribo del avión ucranio, 176 personas muertas por un error debido al incremento de la tensión en el Cercano Oriente, donde nacieron las religiones monoteístas. Además tenemos gobierno en La Moncloa y en sus correspondientes ministerios y oficinas (qué alivio, no hay nuevas elecciones a la vista) y esto debería abrir un periodo de cierta estabilidad, pero la oposición amenaza con hacer todo lo posible por que no sea así. Lo dijo González Terol, que su partido hará cuanto pueda “para que esta legislatura dure lo menos posible”. Luego ha salido Casado a matizar: “El PP siempre está para las políticas de Estado y reconoce la legitimidad de un gobierno investido en las Cortes”, afirmó en el que ha sido su primer discurso tras la investidura del Gobierno PSOE-UP. El señor Casado es sorprendente. Un día dice que Pedro Sánchez es un sociópata y un “presidente fake” y otro día promete una oposición “sin estridencias ni trincheras”. Un día sabe, porque las ha visto en su bola de cristal, todas las maldades que va a hacer el gobierno antes de que las haga, así que le niega el pan y la sal; otro día anuncia “una oposición moderada, pero no ingenua”. Este hombre es un torbellino, un huracán que da vueltas sobre sí mismo, un maelstrom. Dice una cosa y su contraria. ¿Cómo saber qué hará? Que vengan los augures, los videntes, los astrólogos del reino.

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